22 ago 2009

La Champeta

Independientemente de la ruta de llegada, los discos exclusivos tuvieron aceptación inmediata y èxito rotundo entre la gente popular. Hoy en dìa tanto las competencias entre pick-ups como las constantes demandas del pùblico por novedades engendran un mercado de discos piratas que llegan a Colombia por todas las vìas posibles: marìtimas, aèreas, por encargos terrestres. Estos discos llegan de Estados Unidos, de Europa y del Caribe Insular.

Algunos miembros de los circuitos de comercializaciòn y producción de champeta, los dueños de pick-ups viajan a Parìs, Nueva York, Lisboa, Johannesburg, Lagos , y Kinshasa, para comprar novedades musicales y discos de mùsica tradicional Africana, que son los que màs gustan a los aficionados de la Costa Caribe. Encontrar estos discos resulta toda una odisea. Hay que ir a buscarlos en los barrios màs populares de estas ciudades, en los mercados de las pulgas. Cuando llegan al paìs, los discos son caribeñizados, se les retira su verdadero nombre, y son bautizados con un piconema que es nombre que el propietario o el pùblico le designan. El hecho de borrar los nombres de origen hace que no puedan ser conseguidos por la competencia y esto permite la exclusividad o unicidad al pick-up que los posea.


La mùsica que mayor acogida tiene es la haitiana (comúnmente llamada antillana) y la Africana propiamente dicha, en particular el soukous del Zaire, el high-life de Nigeria y Ghana, el Mbaqanga de África del Sur. De manera sorprendente, antes de la aparición de la World Music y de que se hablara de globalización, los negros cartageneros, en ocasiones analfabetas, se convirtieron en verdaderos conocedores de la mùsica africana moderna popular y tradicional antes de que existiera el interès por ella en USA o Europa.

Con sòlo los vínculos culturales que teje el mar desde todos los tiempos, en Cartagena se llegaron a escuchar de manera sincrònica, las mismas canciones que se escuchaban en algún lugar de ese continente Africano . La llegada de esta mùsica a Cartagena marca el nacimiento de este fenómeno cultural que se ha ido transformando y se ha ido extendiendo a casi todos los pueblos y ciudades del Caribe Colombiano, y últimamente al del Pacífico , aunque Cartagena continùa teniendo la hegemonìa.

LA DINAMICA DEL REY PICK-UP

A su llegada a Cartagena la mùsica africana se entroncò con un fenómeno màs antiguo en la ciudad que le permitiò adherirse y expandirse ràpidamente: el pick-up. Este es una màquina sonora de enorme potencia, similar al sound-system jamaiquino, que anima las fiestas y bailes en los barrios populares.

Llevan por nombres El Sabor Estèreo, El Waldy Trudy, El Antillano, El Conde, El Guajiro, El Tiraflecha, El Rey, El Parrandero, El propio Brujo, El Recochero, El Rambo, El Pibe. Nombres como El Tumbatecho, El Huracán, El Ciclòn, son las denominaciones que la gente les asignó dando cuenta de su potencia sonora. Los pick-up estàn asociados al dolor de muelas, al rompimiento de techos, de platos, al temblor en las casas y al llanto de los bebès. No obstante todos, tanto a los niños como los màs ancianos, les gusta bailar y escuchar champeta muy cerca de los altoparlantes, casi pegados a ellos.

Cada pick-up y su disc-jockey generan micro identidades y lealtades en sus seguidores, lo que mostrarìa distinciones en el interior de un fenómeno aparentemente homogèneo. Se es champetùo seguidor de uno o dos pick-up pero nunca de todos. Los seguidores se identifican con las placas que coloca su pick-up en las competencias entre ellos. Las placas son frases grabadas en pasta vinil que constituyen no sòlo la carta de presentaciòn de la màquina sonora, sino que exaltan y valoran el diferencial de lo negro frente a las otras alteridades de la ciudad.

Aaaaquì suena, el rey de Rocha!!! El orgullo de los bailadores. Sus discos no lo tiene nadie por que es duro de conseguir, el orgullo de Rocha, el orgullo de la Madre África, arrodíllense señores y señoras, arrodíllense!

Gózalo mi negramenta, mi gente de pelo quieto que ponen quieto con la musica champetua , goza, gózalo para la gente brava, solo ustedes saben gozà!

Cada fin de semana, las calles de algunos barrios populares como Olaya Herrera, San Francisco, El Pozòn, se transforman en discotecas ambulantes animadas por gigantescos pick-up. Los vecinos inconformes ante la dictadura sonora de estas màquinas se ven obligados a compartir el frenesì musical que desde ahí se produce. El rey pick-up hace parte de la vida social, cultural y recreativa de hombres, mujeres y niños y niñas en varios barrios populares de Cartagena. Los bailadores de champeta se identifican con èl y lo han colocado como un ordenador de la temporalidad y la especialidad de sus vidas cotidianas, de sus momentos de felicidad

Las fiestas animadas por pick-ups son, para mucha gente negra y popular, los únicos lugares de diversión que existen. Ademàs, èstos se desplazan hasta sus barrios, son discotecas a sus alcances. En los barrios en donde suena un pick-up es posible transitar, apropiarse del espacio público sin que se les mire de manera sospechosa. La gente no necesita ir al Centro Histórico, ni a Bocagrande, lugares en donde se divierten otros grupos sociales. Ni a los barrios de clase media que poseen casetas de baile o discotecas. Por fuera de la territorialidad del pick-up cualquier persona negra corre el riesgo de no hacerse admitir en estos sitios, “ni teniendo la plata en la mano”. Las casetas se han convertido en los nuevos y efímeros cabildos de lata de los cimarrones urbanos contemporáneos, que de esta forma resisten la homogeneización cultural y musical, las miradas prejuiciadas hacia ellos, creando su propia formas de ser y estar, y de desahogo, en el interior de la sociedad cartagenera. Sin embargo, hay que advertir que no todos los barrios populares escuchan champeta, y que existen otras formas de diversión en los fines de semana.

LA CHAMPETA CRIOLLA

En el análisis que hemos hecho de las relaciones sociales de la ciudad, encontramos que los afro descendientes han hecho uso de una estrategia de producción cultural denominada champeta. Entenderemos por estrategia de producción cultural las pràcticas creativas e innovadoras de cultura popular negra que incorporan elementos culturales asociados a un grupo social en particular (los marcadores diferenciales mùsica, baile) y la clase social ( en este caso lo popular) que ha dado como resultado un fenómeno cultural que modifica la alteridad establecida a un grupo en cuestión.

El fenómeno expresa de manera no identificada, varias bùsquedas simultáneamente: de resistencia, rechazo y renegociación de una alteridad desvalorizada que otros han fijado en una situación de interacción, de relaciòn social de poder; y de establecimiento a un nivel individual y/o colectivo, de una alteridad valorizada. A travès de esta estrategia de producción cultural, los individuos o los grupos en cuestión claman por el reconocimiento de su existencia en esa realidad social, lo que implicarìa quesee les perciba de manera menos estigmatizada.

La nociòn de estrategias de producción cultural que proponemos postula que el individuo o el grupo en su contexto, en donde las variables clase social y alteridad negra tienen un peso tan importante, puede ser capaz de intervenir en su propia definición y de construir y reconstruir la que otros han construido en su lugar.

Por otro lado, dicha estrategia hace surgir de manera subrepticia y no intencional reivindicaciones identitarias, y de manera explìcita, demandas sociales propias de lo popular, de clase social, sin que los sujetos involucrados en calidad de creadores (cantantes, arreglistas o productores), ideòlogos o de seguidores del mismo, sean conscientes de ello.

En el paìs, la mùsica y el baile son las dos expresiones culturales que mejor han aceptado la presencia de los afro descendientes . En el Caribe Colombiano el son de negros, el mapalè, el bullerengue, son ritmos y danzas asociadas a la cultura negra. Todos èstos han sido clasificados, aceptados y mostrados como expresiones folclòricas “tìpicas”..

La mùsica y el baile de champeta deben ser analizados en tèrminos de quiebra y mezcla del folklorismo tradicional negro, desterritorializaciòn de procesos simbòlicos y de expansión de gèneros musicales de manera impura (Garcia Canclini: 1990).
La mùsica champeta criolla es, en un contexto de globalización una propuesta local que se vincula a lo global pues asimila, hace suya y transforma una mùsica de otro continente (África), con posibilidades de inscribirse en el fenómeno mundial de la World Music.

Mouvance de la champeta africana y al desarrollo e importancia de los pick-ups. Influenciados por la mùsica africana desde mediados de los años 80s, varios palenqueros crean la champeta criolla imitando la manera de hacerlo de los africanos con sus dialectos, canciones con palabras en español y en lengua palenquera. “La champeta criolla la empezaron hacer en “lengua” palenquera. Después los cantantes inventaron cada uno su “idioma”. Y posteriormente la hacen completamente en español”. (Valdez: 1992).

Los cantantes de la champeta criolla cantan encima de pistas africanas improvisando palabras que evocan su existencia, la miseria en donde viven, los problemas sociales de su realidad, sus sueños (tener un carro, ganarse la lotería, conseguir una novia “mona” o “china”). Cantan a los ritmos y pràcticas sociales de la vida cotidiana de sus barrios. Sus canciones tienen, tambièn, doble sentido usando recurrentemente imàgenes que evocan la sexualidad y el erotismo (a Tite lo entierran hoy, mètele el palo a la olla, hùndelo todo).

También cantan lo que ven y escuchan en los medios masivos de comunicación (al Caballero del Zodiaco, a los Pica piedras, al Rey León, a las Tortugas Ninjas) o cualquier motivo que recuerde lo màs superfluo y efímero de la existencia.
Los cantantes: los tres grupos que muestran las maneras de vivir la alteridad afrocolombiana en la ciudad son: los palenqueros, los inmigrantes negros y los afrodescendientes nativos. Estos hacen su aporte a la estrategia de producción cultural de la champeta.

Los negros palenqueros: la lìnea idelògica o palencocèntrica, de la champeta es patrimonio de los cantantes palenqueros tales como Anne Swing, Justo Valdez, Luís Towers, Charles king “el palenquero fino”, Melchor “el cruel”, Kasiva (etc). Algunos de ellos aparecen a mediados de la dècada del 80 y otros aùn continùan haciendo aportes importantes.

Agradecimientos Claudia Mosquera R. Mario Provansal, por haber hecho posible este contexto .
Reflejamos a travez de nuestro blog ,los principales comienzos y aportes de la Musica Afro en Colombia y los origenes de la misma

Carlos Montes A

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